Argentina Cultural y Educativa

Entre la “bolita” y el “pucho”

Mediodía fresco, casi frío.
Barrio pobre, bastante pobre; pero barrio.
En una vereda de barro y escombro molido, tres niños; que tienen entre ocho y diez años; juegan a “la bolita”; específicamente al “opi”.
Uno de ellos, en espera de su turno, permanece a un costado, inclinado sobre una desgastada pared, con una bolita en la mano derecha y un cigarrillo en la izquierda. A cada instante se refriega los mocos que asoman por su paspada nariz y, posteriormente, pita su cigarrillo.

Así pasa este ¿niño? su mediodía frío, otoñal.

Estos barrios esconden la carencia de infancias.
La esconden a quienes no se asoman.
Estos barrios muestran vivamente las inexistentes infancias a quien pase, aunque sea, por casualidad.

Posiblemente los niños jueguen para poder comprender o asimilar el mundo de los mayores.
Como afirma R. Gómez (43:2003) “el desempeño de los roles (durante los juegos) entonces tiende a la reconstrucción de la realidad del endogrupo social donde el niño está inmerso”.

Que tristeza, ¡cuantos otros roles deberán incorporar estos niños a sus juegos!.

Jorge R. Diez
Prof. en Educación Física

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